Durante años, el ecosistema cripto fue sinónimo de descentralización, libertad e innovación sin restricciones. Sin embargo, a medida que el sector madura y gana protagonismo en los mercados globales, también está adoptando una postura más seria respecto al cumplimiento normativo. Así lo afirma James Smith, cofundador de Elliptic, una firma especializada en análisis y monitoreo de blockchain, fundada en 2013.
James Smith, cofundador de Elliptic, en Token2049. Fuente: Cointelegraph
Smith recuerda que al principio, pocas empresas vinculadas al mundo cripto se tomaban en serio las obligaciones regulatorias. Un caso atípico fue Coinbase, que desde sus inicios buscó construir una estructura sólida en materia de cumplimiento. Pero esa visión no era compartida por la mayoría, que veían la regulación más como una barrera que como una necesidad.
Todo comenzó a cambiar cuando los reguladores —especialmente en Estados Unidos— pusieron la mira en el sector. Iniciativas como las del Departamento de Servicios Financieros de Nueva York y la llegada de actores tradicionales como Fidelity o el banco DBS fueron puntos de inflexión. Estas instituciones no solo trajeron capital e infraestructura, sino también expectativas claras en cuanto a cumplimiento y trazabilidad de las operaciones.
Fidelity, por ejemplo, lanzó su primer producto cripto en 2019, mientras que DBS inauguró en 2020 una plataforma digital pensada exclusivamente para inversores institucionales. Este tipo de movimientos elevó el estándar para todos los participantes del ecosistema.
Hoy, señala Smith, los exchanges de criptomonedas más relevantes del mundo reconocen la importancia de alinearse con un marco regulatorio sólido. No se trata solo de evitar sanciones, sino de construir confianza y de integrarse a un sistema financiero cada vez más interconectado.
Brechas persistentes: cómo la falta de controles sigue exponiendo al ecosistema cripto a operaciones ilícitas
No obstante, los desafíos persisten. El reciente hackeo a Bybit dejó en evidencia que los protocolos descentralizados y los exchanges sin controles KYC (Know Your Customer) siguen siendo vulnerables. El grupo Lazarus, vinculado a operaciones cibernéticas complejas, aprovechó estos puntos débiles para mover fondos robados, haciendo uso de tokens con baja liquidez, intercambios rápidos y la conversión final a Bitcoin, todo sin dejar rastros verificables.
Para Smith, esto pone de relieve una realidad incómoda: todavía es demasiado fácil mover dinero ilícito dentro del ecosistema cripto. A pesar de los avances, persiste una brecha en los controles sobre la liquidez disponible en algunos protocolos. “Tenemos que preguntarnos quién está facilitando estas operaciones, quién se beneficia, y empezar por ahí a aplicar filtros más exigentes”, señala.
La industria está en un punto bisagra. La innovación tecnológica debe ir de la mano de una arquitectura de cumplimiento robusta. No como un freno, sino como una base necesaria para su consolidación en el mundo financiero del futuro.
Fuente: https://es.cointelegraph.com/news/huge-shift-crypto-firms-compliance-mindset-elliptic
