En 2025, el rol del CIO (chief information officers) se redefine bajo nuevas exigencias. Ya no alcanza con supervisar sistemas o implementar soluciones digitales: ahora se espera liderazgo estratégico, visión ética en torno a la inteligencia artificial, gestión activa de talento escaso y una influencia creciente dentro del directorio.
Así lo plantea el informe “Future Forward: perspectivas 2025” elaborado por Experis, que analiza cómo los líderes tecnológicos están respondiendo ante un entorno de transformación acelerada y presión constante por resultados.
Ciberseguridad: más inversión, pero con deudas en integración
Aunque la ciberseguridad continúa siendo el área con mayor prioridad presupuestaria, el verdadero desafío para las organizaciones radica en cómo se implementa. El estudio indica que menos del 40% de los CIO encuestados perciben una integración efectiva entre sus prácticas de gestión de riesgos y las políticas de seguridad digital.
Esta falta de alineación no solo debilita la postura defensiva de las compañías, sino que pone en entredicho su capacidad para anticipar amenazas complejas, especialmente en ecosistemas tecnológicos cada vez más interconectados y expuestos.
Inteligencia artificial: entre el entusiasmo y la cautela
A pesar del aumento sostenido en la inversión en IA, son pocos los CIO que la priorizan como eje central de su estrategia. La mayoría de las empresas aún se encuentra en fases piloto o de adopción limitada, mientras se multiplican las preguntas sobre los riesgos éticos, el manejo de sesgos y el cumplimiento normativo en torno a los algoritmos.
En este contexto, los líderes tecnológicos enfrentan una doble presión: deben demostrar impacto tangible en el corto plazo, mientras construyen políticas sólidas que alineen innovación con responsabilidad.
Talento digital: una brecha que frena la evolución
La escasez de perfiles técnicos especializados —particularmente en áreas como cloud computing, automatización y sostenibilidad digital— es una barrera cada vez más evidente, especialmente en mercados emergentes como Latinoamérica. Ante esta realidad, muchos CIOs están reforzando su apuesta por la capacitación interna.
Sin embargo, según el informe, la oferta de formación continua en tecnología dentro de las organizaciones sigue siendo limitada. La sostenibilidad del talento no puede depender únicamente del reclutamiento externo: necesita estrategias activas de desarrollo profesional y retención a largo plazo.
El lugar del CIO en la mesa chica: un cambio cultural pendiente
Más allá del dominio técnico, la capacidad del CIO para posicionarse como interlocutor estratégico frente a la alta dirección será determinante en los próximos años. Aunque lideran proyectos de alto impacto —desde automatización hasta resiliencia digital—, muchos todavía deben justificar el valor de sus iniciativas en términos de negocio.
En este punto, las llamadas “habilidades blandas” adquieren un rol central: la empatía, la comunicación efectiva y la capacidad para construir puentes con otras áreas se vuelven herramientas clave para impulsar el cambio desde adentro.
Una función que trasciende lo tecnológico
El futuro del liderazgo tecnológico no dependerá únicamente de cuántas herramientas se implementen, sino de cómo los CIO logren articular visión, cultura organizacional y cumplimiento normativo. En un entorno donde la innovación puede ser tan disruptiva como riesgosa, el éxito estará reservado para quienes sepan leer el contexto, anticipar tendencias y generar consensos.
En definitiva, el CIO del futuro no será solo un experto en tecnología. Será un agente de transformación empresarial con voz activa en las decisiones que marcarán el rumbo de la organización.
Fuente: https://www.marketersbyadlatina.com/articulo/13314_ciberseguridad-ia-y-talento-las-prioridades-que-redefiniran-el-rol-del-cio-en-2025