En medio del ruido de conflictos geopolíticos, cadenas de suministro tensionadas y consumidores más exigentes, una tecnología que parecía reservada al mundo financiero comienza a ocupar un lugar cada vez más estratégico en el comercio internacional. Lejos de las criptomonedas, el blockchain se está convirtiendo en una pieza estructural para repensar cómo circulan los bienes en el mundo.
En América Latina, esta adopción avanza sin estridencias, pero con impacto creciente: proyectos que conectan pequeños productores con mercados internacionales, iniciativas para transparentar cadenas logísticas complejas y nuevas formas de validar la procedencia de lo que consumimos. Todo a través de una misma lógica: registro distribuido, trazabilidad completa y confianza programada.
Un nuevo mapa para los bienes que cruzan fronteras
Durante décadas, el comercio internacional se apoyó en procesos marcados por la lentitud, la opacidad y una excesiva dependencia del papel. Certificados de origen, documentación aduanera, validación de procesos sanitarios o ambientales… todo eso requería días (o semanas) para moverse de un escritorio a otro.
Hoy, la tecnología blockchain permite automatizar buena parte de ese ecosistema documental, registrando cada etapa del recorrido de una mercancía de forma segura, verificable e inalterable. La información que antes se perdía o demoraba, ahora fluye con precisión quirúrgica: desde la producción hasta la góndola.
Trazabilidad y confianza en la góndola (y más allá)
El sector alimentario fue uno de los primeros en aprovechar este potencial. Supermercados como Carrefour y Walmart ya integraron plataformas de trazabilidad blockchain que permiten al consumidor saber exactamente de qué finca proviene un producto, bajo qué condiciones se cultivó y cómo fue transportado. Una herramienta poderosa en tiempos donde la transparencia ambiental y sanitaria ya no es un diferencial, sino un requisito.
Pero esta lógica no se limita a lo alimentario. La industria textil, farmacéutica, electrónica y agrícola también están incorporando soluciones blockchain para certificar sostenibilidad, reducir el fraude y cumplir con estándares internacionales cada vez más exigentes.
Un ejemplo representativo surge de Perú, donde un programa conjunto entre FAO, ITC y UNECE rastrea algodón desde su cultivo hasta la prenda final, integrando datos genéticos con blockchain. Esto no solo mejora la eficiencia operativa, también abre puertas a mercados verdes y cadenas de valor sostenibles para pequeños productores.
Tecnología aplicada a contextos inestables
En escenarios marcados por aranceles cruzados, conflictos comerciales y disrupciones logísticas, contar con una fuente confiable de datos verificables se transforma en un activo estratégico. El blockchain permite validar certificados de origen, automatizar condiciones de exportación y sortear barreras regulatorias gracias a su arquitectura descentralizada y auditable.
Esto se potencia con la aparición de contratos inteligentes, acuerdos programados que se ejecutan automáticamente al cumplirse determinadas condiciones. Se reducen intermediarios, se aceleran pagos y se mitigan riesgos legales o financieros. Un recurso especialmente valioso en regiones donde el acceso al crédito es limitado y las garantías tradicionales son costosas o inaccesibles.
Entre avances y desafíos pendientes
A pesar de su maduración, el camino no está exento de obstáculos. La falta de interoperabilidad entre plataformas, los vacíos normativos y la ausencia de estándares técnicos compartidos siguen siendo barreras relevantes. Pero tanto el sector público como organismos multilaterales ya comenzaron a intervenir.
Entidades como la CEPAL, la UNCTAD o el BID están promoviendo ecosistemas normativos y pilotos de implementación regional que permitan escalar la tecnología sin sacrificar seguridad ni soberanía digital.
Una innovación que no necesita titulares para dejar huella
El avance del blockchain en América Latina no se impone con campañas de marketing ni promesas futuristas. Se integra de forma casi invisible, pero eficaz, en sectores clave de la economía real. En un mundo que exige trazabilidad, integridad y eficiencia, esta tecnología empieza a hablar el idioma de los negocios globales.
Su aporte no se mide solo en velocidad o reducción de costos, sino en algo más profundo: la reconstrucción de la confianza como activo comercial. Y en un contexto global donde cada transacción cuenta, confiar en los datos puede ser tan valioso como el producto que se entrega.
Fuente: https://www.ambito.com/opiniones/blockchain-america-latina-una-revolucion-silenciosa-que-ya-esta-transformando-el-comercio-internacional-n6150865