En un escenario digital que crece a ritmo acelerado, el comercio electrónico en Argentina no solo se consolida como un canal de consumo clave, sino que también pone bajo la lupa un tema cada vez más sensible: la privacidad de los datos personales. Mientras las apps ganan terreno frente a los sitios web, las preocupaciones de los usuarios sobre cómo se gestiona su información no hacen más que aumentar.
Hoy, el consumidor digital argentino no solo busca rapidez y conveniencia, también demanda protección real frente a riesgos como el fraude, el hackeo y el uso indebido de sus datos. Y esa demanda se transforma en una presión concreta sobre las empresas que operan en el espacio fintech, retail o financiero, especialmente aquellas que ofrecen pagos digitales o comercio en línea.
Más usuarios, más compras… y más exigencia de seguridad
El crecimiento del e-commerce en el país es contundente: a pesar de las dificultades económicas, las compras online han mostrado un aumento de más del 180% en el último año. Y con esa expansión, las aplicaciones móviles se han transformado en el epicentro de la experiencia de compra.
Pero este protagonismo trae consigo desafíos. El 98% de los usuarios en Argentina espera un alto nivel de privacidad al usar apps, y una gran mayoría dice estar especialmente atenta a cómo se recopila y comparte su información. Ya no alcanza con prometer seguridad; los consumidores quieren pruebas concretas, mecanismos claros y tecnologías capaces de protegerlos en tiempo real.
Privacidad de datos: un nuevo factor de fidelización
La relación entre privacidad y reputación digital se volvió directa. Según estudios recientes, siete de cada diez usuarios eliminarían una app si perciben que no protege adecuadamente su información personal. En un mercado donde abundan las alternativas, ese nivel de desconfianza puede costarle a una empresa su base de usuarios.
Hoy, garantizar la seguridad ya no es solo una cuestión de cumplimiento legal: es un elemento estratégico para construir confianza, retener clientes y destacarse frente a la competencia. Las marcas que entienden esto están invirtiendo en cifrado de extremo a extremo, autenticación biométrica y herramientas inteligentes que detectan comportamientos sospechosos antes de que se conviertan en amenazas reales.
Seguridad y experiencia del usuario: un equilibrio necesario
Blindar los datos personales no debe implicar sacrificar la fluidez de la experiencia. Por el contrario, las soluciones más efectivas son aquellas que combinan protección con usabilidad, sin interrumpir el recorrido del usuario ni generar fricciones innecesarias.
Tecnologías emergentes como la inteligencia artificial aplicada a la detección de fraude, el análisis de comportamiento y la segmentación dinámica de riesgos están cambiando la forma en que las empresas abordan la ciberseguridad en el canal móvil. Las apps que logran adaptarse a estas dinámicas están mejor preparadas para enfrentar los ataques actuales y anticipar los que vendrán.
Mirada a futuro: de la expectativa a la acción
Lo que está en juego va mucho más allá de una buena práctica: en un entorno de hiperconectividad, la privacidad de datos es ya un valor de marca. Las empresas que quieran seguir siendo relevantes en el ecosistema digital deberán ir más allá del cumplimiento normativo y adoptar una visión proactiva: anticiparse a los riesgos, comunicar con transparencia y ofrecer a sus usuarios el control sobre su información.
A medida que el consumidor se vuelve más consciente y exigente, la seguridad dejará de ser un diferencial para convertirse en una condición mínima de permanencia. En ese contexto, quienes inviertan hoy en entornos digitales confiables no solo protegerán su negocio, sino que estarán construyendo la base de relaciones duraderas con sus clientes.
Fuente: https://america-retail.com/paises/argentina/crece-la-preocupacion-en-argentina-por-la-privacidad-de-datos-en-e-commerce/